domingo, 18 de abril de 2010

14-De cómo fue la defensa del último reducto

Y el Bardo de librea oscura continuó así:

Los habitantes de estas regiones eran los descendientes de las gentes de los pueblos de los Grandes Capitanes de la Batalla de la Llanura de los Colmillos.
Aún recordaban con orgullo a los Capitanes Quthal y Fingurk. De ellos se contaba que en esa batalla lograron romper un cerco de casi cien enemigos y derrotarlos uno a uno entre los picos de piedra de la llanura.

Así pues, todas las gentes de la zona costera unieron sus pueblos y sus terrenos y se fortificaron en una sola y gran ciudad a orillas del Mar de Rhûn.

Durante un año entero, hábiles herreros y carpinteros fabricaron grandes sistemas de defensa siguiendo los consejos del Mago Curunir, mientras centenares de constructores erigían grandes murallas de piedra y torres de vigilancia con prisas, pues los ejércitos de Jandwathe habían empezado su ataque por el este, pero se acercaba ya a sus tierras.
Hubo que repasar antiguos manuscritos guardados en arcones viejísimos a lo largo de las generaciones para volver a aprender a manejar las armas más convencionales y pronto hubo muchos hombres que se entrenaron con espadas, arcos y hachas por todas las plazas de la nueva ciudad, sin nombre aún.

Al mismo tiempo, cazadores experimentados prepararon trampas y artilugios de toda índole para sorprender a los invasores.

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