23-Sobre las Grandes Obras en Rangost
El Bardo de librea de plata, de voz templada y clara, dejó que el silencio reinara durante unos momentos.
Luego prosiguió:
Durante estos años de infortunio, en el oeste se habían cumplido las amenazas de Jandwathe y los Nazgûl habían llegado a Mordor conducidos por el Rey Brujo.
Hacia el año 2000 aproximadamente, los Nazgûl sitiaron Minas Ithil, y la conquistaron dos años después, robando el palantir que contenía. Fue la fundación de Minas Morgul.
En Rangost, la calma llegó lenta y dolorosamente.
El pueblo de los Cazadores se lamentó profundamente de su desgracia y estuvo de luto durante dos años enteros. Mientras, se repararon los daños materiales y la ciudad recobró poco a poco su imagen de fortaleza. Alatar y Curunir, por su parte, alentaron a la gente a seguir adelante y les animaron en este mal paso.
Y los Cazadores aprovecharon estos años de tregua para prosperar y prepararse a conciencia, pues nunca se sabe cuando pueden volver los ataques. No querían encontrarse otra vez en medio de una guerra sin estar preparados.
En el año 2007 empezaron las Grandes Obras para mejorar la ciudad. Ésta se expandió hacia el noroeste, siguiendo la costa del Mar de Rhûn. Para este fin se derribaron las antiguas murallas y se construyeron otras más fuertes, más anchas y altas y con mayor longitud. En el 2010 se puso por fin la primera piedra de lo que sería pronto la Fortaleza de la Capitanía en una zona elevada, un montículo próximo al Cerco de Cazadores.
Y finalmente, en el 2014 se inició la construcción de otra muralla más exterior que rodeó la ciudad en semicírculo, de una orilla hasta la otra orilla del Mar y que quedó protegida por las Siete Mintauni, torres de vigilancia distribuidas a lo largo de toda su longitud. Esta muralla, que sería conocida más adelante como el Barnae-qu, poseía tres entradas, una en la zona oriental, otra al sur y una tercera al norte.
Esta última expansión incluyó dentro de la zona amurallada las minas de cobre y plata de las que dependía la riqueza de Rangost. Las minas se hallaban en unas elevaciones cercanas a la costa, de roca escarpada y oscura, y se alargaban hacia el norte, quizá siguiendo grietas y fallas naturales originadas durante los cambios del mundo a lo largo de las Edades. Estas elevaciones constituían las llamadas Tierras Peladas.
En el año 2020 terminaron todas las obras, y Rangost adquirió la fisonomía definitiva que perduraría largo tiempo.
La zona entre el Barnae-qu y la muralla de la ciudad se mantuvo siempre libre de construcciones excepto en la región norte, donde muchas familias de campesinos establecieron el Gard-reddar o Gardereda, La Tierra de los Campos. En la zona este y sur la extensión entre las dos murallas la ocupó durante mucho tiempo el bosque.
La Fortaleza de la Capitanía, por su parte, se alzó magnífica y altiva en el centro de Rangost. Los hábiles maestros de la piedra forjaron un imponente baluarte edificado en dos plantas: una sólida construcción de forma cuadrangular con almenas en lo alto y una torre hexagonal arriba del todo. Al lado de dos de las caras de la torre, los artesanos erigieron dos colosales lanzas de sesenta pies de alto, hechas de plata pura y terminadas en puntas estrelladas, en donde colocaron dos grandes estandartes con el escudo de la ciudad. En la planta baja, a nivel del suelo, rodearon el edificio de patios y jardines, protegidos por un muro exterior y una puerta principal, decorada con un relieve de bronce con la silueta de la Hoja de Seis Puntas de los Elfos.
Y así, gracias a la dedicación que suponía las mejoras de la ciudad, la desesperación de los habitantes de Rangost menguó poco a poco y se convirtió en ánimo de supervivencia.
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